Si abrís cualquier página, navegás en redes o buscás algo en Google, es casi imposible no toparte con un anuncio de Juan Pablo Valdés, el hermano del gobernador. La pauta publicitaria digital que financia su imagen es descomunal, con un nivel de invasión pocas veces visto en la política correntina.
Pero la pregunta es: ¿Quién paga todo esto?
Este nivel de propaganda digital sin control no solo es un gasto millonario, sino que representa lo peor de la vieja política, donde los recursos públicos se utilizan sin ningún tipo de transparencia para inflar la imagen de alguien que no mide en las encuestas y no tiene respaldo en la UCR ni en la sociedad.
Un sistema feudal con fondos públicos
Lo que vemos hoy con Juan Pablo Valdés es la versión moderna del feudalismo político, donde el poder se hereda y se impone con billetera en mano. No hay liderazgo ni gestión, solo marketing masivo para instalar a alguien que no logra despegar por méritos propios.
Un escándalo sin rendición de cuentas
Mientras Corrientes enfrenta problemas estructurales como crisis energética, incendios sin respuesta y servicios colapsados en varias localidades, los millones en pauta digital siguen fluyendo sin control para maquillar una candidatura que no genera entusiasmo ni dentro ni fuera del radicalismo.