Contra los pronósticos iniciales, la administración de Javier Milei cerró 2024 con un superávit financiero de $1,8 billones, equivalente al 0,3 % del PBI, marcando un hito económico que no se alcanzaba desde 2008. Además, se registró un superávit fiscal primario de $10,4 billones (1,8 % del PBI), gracias a un fuerte ajuste del gasto público y a ingresos extraordinarios obtenidos durante el año.
Ajuste histórico del gasto público
El ministro de Economía, Luis Caputo, destacó que el gasto primario del Estado se redujo en términos reales un 27,5 %, un ajuste sin precedentes en las últimas décadas. Las mayores reducciones se dieron en transferencias a provincias (-67,8 %), inversión real directa (-70 %) y subsidios económicos, mientras que las asignaciones sociales aumentaron un 39 %.
Caputo celebró el resultado como un logro del programa de estabilización del gobierno. “No hay más déficit en Argentina. No hay más emisión en Argentina. La inflación seguirá bajando y la economía crecerá en 2025”, expresó en redes sociales.
Impacto de ingresos extraordinarios
El superávit fiscal también se vio impulsado por factores excepcionales, como el impuesto PAIS, planes de regularización de activos externos, moratorias impositivas y pagos anticipados de Bienes Personales. Estos ingresos representaron el 7 % de la recaudación total en 2024, aunque no se repetirán en 2025, lo que plantea desafíos para mantener el equilibrio fiscal.
Saneamiento de empresas públicas y desafíos futuros
El Gobierno destacó el saneamiento financiero de empresas públicas, que cerraron su primer mes con superávit operativo desde 2009. Asimismo, se disolvieron 19 fondos fiduciarios, optimizando el uso de recursos.
De cara a 2025, el Gobierno apostará al crecimiento del PBI en un 5 %, impulsado por mayor actividad económica, para compensar la pérdida de ingresos extraordinarios. También se evalúan privatizaciones y concesiones como alternativas para generar ingresos adicionales.
Reacciones y perspectivas
Economistas valoraron el ajuste fiscal como un ancla clave para estabilizar la economía, reducir la inflación y restaurar el rol del sistema financiero en el crédito privado. Sin embargo, destacaron que el Gobierno asumió costos políticos significativos, como el veto a la reforma jubilatoria y el financiamiento universitario.
El resultado positivo de 2024 refuerza la confianza en la estrategia fiscal del Gobierno y genera expectativas de continuidad en el superávit financiero para 2025, a pesar de los retos que plantea el contexto electoral.
