La provincia de Corrientes enfrenta una crisis ambiental debido a los incendios forestales que han devastado más de 20.000 hectáreas de monte. Las llamas se han extendido por varias localidades, provocando evacuaciones y daños irreparables en la flora y fauna de la región.
El siniestro ya cobró su primera víctima fatal del año: una docente rural de 30 años que falleció tras sufrir quemaduras en más del 70% de su cuerpo mientras intentaba combatir un incendio junto a su padre en la Estación Solari, en la localidad de Mariano I. Loza. Además, al menos 30 personas debieron ser evacuadas y unas 50 recibieron asistencia médica.
El gobernador Gustavo Valdés recorrió las zonas afectadas y supervisó los trabajos de los bomberos y brigadistas, quienes trabajan sin descanso para contener el avance del fuego. La situación se agrava debido a la falta de lluvias y las altas temperaturas, lo que facilita la propagación de las llamas.
Las autoridades han expresado su preocupación por los incendios intencionales y las quemas indiscriminadas, que están prohibidas en la provincia. “El pasto está muy seco y una mínima chispa puede ocasionar un desastre”, advirtieron los bomberos voluntarios.
Las localidades más afectadas son Mariano I. Loza y Curuzú Cuatiá, donde se han desplegado recursos de emergencia para asistir a los damnificados. La Federación Económica de Corrientes (FEC) emitió un comunicado alertando sobre el riesgo creciente de incendios y solicitó a la población extremar las precauciones para evitar tragedias mayores.
Mientras los brigadistas continúan con las tareas de contención, las autoridades insisten en la importancia de la prevención y la responsabilidad ciudadana para mitigar los efectos devastadores del fuego en la región.