El justicialismo correntino atraviesa una crisis marcada por tensiones internas y descontento militante, agravada por la intervención del partido a cargo de la bonaerense Teresa García. En medio de críticas, modificaciones a la carta orgánica y maniobras cuestionadas, la dirigencia intenta apaciguar los ánimos de cara a las elecciones, pero la incertidumbre persiste.
El discurso de Teresa García
En un intento por calmar la ebullición interna, Teresa García aseguró que “el peronismo va a tener sus candidatos propios a gobernador e intendente”, buscando transmitir confianza a la militancia. Sin embargo, estas palabras contrastan con los cambios realizados en la carta orgánica, que habilitan la posibilidad de que candidatos no afiliados al PJ puedan representar al partido, incluso fuera del marco de una alianza.
Malestar por la intervención
El malestar en el PJ correntino no solo responde a los cambios en las reglas internas, sino también al protagonismo de figuras externas como José Ottavis y Máximo Rodríguez, vinculados a estrategias polémicas que han generado resistencias en la militancia local. La falta de claridad sobre el manejo de los padrones partidarios y las preferencias evidentes hacia ciertos sectores han intensificado las críticas.
Un episodio particularmente controvertido fue el uso de la imagen de la Virgen de Itatí como parte de una estrategia de campaña de Ottavis, lo que alimentó rumores sobre posibles abusos en las nuevas reglas partidarias. Esto llevó a impugnaciones y denuncias de sectores que buscan defender la identidad del justicialismo provincial.
Cristina Kirchner y la distancia
Aunque García es una de las emisarias más cercanas a la expresidenta, Cristina Kirchner ha optado por no involucrarse directamente en el conflicto. Este silencio contrasta con su habitual protagonismo en la arena política nacional y alimenta especulaciones sobre su descontento con la exposición que los emisarios bonaerenses han generado en Corrientes.
El impacto de las decisiones internas
Las críticas hacia la intervención no solo apuntan a las estrategias adoptadas, sino también a la confusión de roles. Figuras como Máximo Rodríguez han sido cuestionadas por declaraciones despectivas hacia los militantes correntinos y por su falta de trayectoria para liderar un proceso de normalización partidaria.
A medida que se acerca el escenario electoral, el desorden interno del PJ correntino amenaza con convertirse en un tema de relevancia nacional, no solo por sus implicancias locales, sino también por el impacto que podría tener en el balance general del liderazgo de Cristina Kirchner en el PJ Nacional.
En este contexto, la tensión sigue creciendo y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para definir el rumbo del justicialismo en Corrientes y su posicionamiento de cara a los comicios.
